CRÍTICA: "Midsommar: El terror no espera la noche", de Ari Aster.


Título original: Midsommar
Director: Ari Aster
Cast: Florence Pugh
País: Estados Unidos / Suecia
Año: 2019
Duración: 145 minutos

Terror bizarro y sofisticado a plena luz del día

Ari Aster sorprendió a la crítica y al público en 2018 con "Hereditary", su ópera prima, un drama familiar de profundidad psicológica y detalles perturbadores, que fue denominada como una de las grandes películas de género de los últimos tiempos. Su nueva cinta, "Midsommar", comparte algunos de los elementos en común con su primer trabajo. 

En esta ocasión, el director nos muestra una pieza de terror rural en el solsticio de verano en Suecia, donde nuestros protegonistas asisten al Midsommar, una celebración que se lleva a cabo en una aldea remota cada 90 años. Dentro del grupo de amigos se encuentra la novia de uno de ellos, quien lleva sobre sus espaldas una fuerte tragedia familiar y parece no conectar con su pareja. Lo que al principio creen que serán unas idílicas vacaciones poco a poco comenzarán a inquietarlos en un lugar donde el sol nunca se pone.

Es preciso aclarar que Aster no se mueve en los parámetros convencionales del género de terror y una muestra sencilla de ello es la elección de la festividad y la zona, donde siempre es de día. No vemos los típicos jumpscares ni abusos de sangres, e incluso juega con el tiempo del relato para confundir al espectador sobre lo que puede llegar a esperar y cuándo. Tras un arranque poderoso, donde nos pone en contexto para mostrarnos el trasfondo emocional de Dani (Florence Pugh), nos inserta pistas que tendrán sentido con el desarrollo de la trama.




A lo largo de la historia nos encontraremos con momentos de hechos macabros y bizarros, humor negro, explotación gore, perversiones sexuales y demás, pero siempre en un marco de belleza y enrarecimiento por partes iguales. El cuidado estético de Aster y los movimientos con su cámara llevan la historia por un sendero cercano a lo onírico. Al principio, la excelente fotografía es oscura, pero se ilumina al llegar "Harga" y a partir de allí lo luminoso y bello van de la mano con lo incómodo y lo siniestro.

Las enfermedades mentales, los traumas familiares y las relaciones disfuncionales son algunos de los temas que toca Midsommar, y que tienen cierta conexión con los de "Hereditary", en lo que podemos llamar "el universo de Ari Aster". Por otro lado, podemos mencionar a "El hombre de mimbre" (1973) y "Los niños del maíz" (1984) como claras referencias del director en esta cinta en particular.

En definitiva, una película de sofisticación técnica que apunta a los aspectos más psicológicos y más pensados del terror, cuya pretensión y caprichos del cineasta la hacen sumamente recomendable para quienes quieren disfrutar obras diferentes de éste género. Gracias Ari por arriesgar otra vez.

Puntaje: 7,5

Por Federico Perez Vecchio


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